Entre el año 2018 y 2019 realicé mis prácticas pedagógicas como docente en formación de la Universidad de Córdoba y estudiante del programa de Lic. En Educación Básica Énfasis en Artística – Música, pude determinar con la observación general de las clases realizadas en cada una de las instituciones con las que la Universidad celebra un convenio, que a pesar de evidenciar problemas con aparatos electrónicos en clase, observé una tendencia al dibujo y la ilustración por parte de la comunidad estudiantil, este talento empírico por parte de un considerable porcentaje de alumnos por curso, creó la necesidad de intensificar las horas dedicadas al dibujo, lo que resultaría una motivación para que otros jóvenes se interesaran por esta práctica, al mismo tiempo que los que ya presentan gran inclinación a la misma, mostrarían mayores resultados en el proceso.
Encontré factores que
desmotivaban la práctica del arte en otro grupo de jóvenes, y es aquí donde la
tecnología entró a jugar un controversial papel en la vida de los jóvenes, ya
que el mismo medio que les facilitaba información, fácilmente los distraía. Por
esta delgada línea donde se sabe utilizar la tecnología positivamente, formulé
la estrategia de convertir el distractor en apoyo, haciendo de los PC, tablas y
celulares útiles para poner en práctica el dibujo de forma digital.
Empezamos a descargar
aplicaciones y software gratuitos, luego desarrollamos en las clases de
artística, talleres de arte y diseño gráfico.
A final del año la mayoría de los
niños alcanzar a desarrollar conocimientos técnicos sobre el diseño gráfico, se
llenaron de interés y motivación, mostraban sus creaciones de caricaturas y
dibujos digitales con tanto entusiasmo que pronto generó una competencia sana
entre los mejores dibujantes gráficos de los cursos que participaron en el
taller.
Habíamos puesto en práctica el
uso del tic al servicio de la educación, generamos nuevos conocimientos,
metodologías y dejé en el colegio Madre Bernarda de Ciénaga de Oro un proyecto
para vivir orgulloso.